Documentos romanos, griegos, egipcios, argelinos, árabes, tunecinos, indios y chinos, entre otros, informan sobre el empleo del aloe para propósitos curativos, cosméticos y alimentarios.
Los antiguos Asirios utilizaban el jugo y gel de aloe para tratar problemas de indigestión y gases. Los Babilonios, Egipcios y especialmente los Hebreos, adjudicaban a ésta planta, enormes poderes con connotaciones religiosas, valorando su jugo como una preciada y sagrada medicina. Según la tradición hebrea, suponían que los aloes habían sido plantados por el mismo Dios.
El primer registro histórico es del año 1500 AC en el Papyros Ebers, documento egipcio cuyas copias están disponibles en la Universidad de Leipzig, Alemania. Aunque existen otras referencias anteriores en los Ayúrveda, los Códices Chinos y las Tablas Babilónicas. Se cree que los primeros en usarlo medicinalmente fueron los chinos.
El autor del famoso Herbario Griego, Dioscórides, Médico griego del siglo 1, preparó un informe extenso y detallado sobre los usos del aloe para tratar heridas, vendajes, insomnio, desórdenes estomacales, dolores, estreñimiento, hemorroides, picazón, dolor de cabeza, pérdida del pelo, enfermedades de la boca y encía, enfermedades del riñón, cuidados de la piel, quemaduras, etc.
Alejandro Magno conquistó la isla de Socotora, hoy perteneciente a Yemen, en el sur de Arabia, porque había en ella una gran cantidad de aloe que servía para curar las heridas y tratar las enfermedades de sus soldados durante las conquistas.
El propio cuerpo de Jesús (Juan, 19:39), fué envuelto en un sudario de lino con "una mezcla de mirra y aloe".
Los españoles trajeron el aloe a América durante la conquista. En 1533, Andrés De Laguna describió las múltiples propiedades del aloe. Lo usaban en los barcos (como se aprecia en los manifiestos de carga), como alimento, evitando enfermedades propias de no consumir vegetales; como preventivo y curativo de las quemaduras de sol, de sal y de abrasión producidas por el manipuleo de los cabos; como laxante para favorecer la evacuación por problemas producidos por el alto consumo de carnes secas y saladas, y otros usos variados.
Antiguo Testamento. Proverbios.
Sentencias generales. 7:17 " He perfumado mi dormitorio con mirra, con aloe, y cinamomo". (Salomón, hijo de David, Rey de Israel. 1032 a 975 AC)
AntiguoTestamento. Números (Núm.) 24:6 "...como aloes plantados por Yahvé"
AntiguoTestamento. Los Salmos. Salmo 44 (45): 9 "mirra y aloes y casia exhalan tus vestidos desde los..."
Antiguo Testamento. Cantar de los Cantares. 4:14 "... nardo y azafrán, canela y cinamomo, con todos los árboles de incienso, mirra y aloe, ..." (Salomón, hijo de David, Rey de Israel. 1032 a 975 AC)
Nuevo Testamento. Evangelio según San Juan. 19:39 "Vino también Nicodemo, el que antes había ido a encontrarlo de noche; éste trajo una mixtura de mirra y aloe, como 100 libras"
Investigaciones hechas en la Universidad de Baylor (Texas) USA, demostraron que el aloe destruye las bacterias que producen las caries dentales.
En la Universidad de Minessota, USA, demostraron que aplicando aloe natural en la superficie de una quemadura de piel se incrementa la regeneración celular en un 50%.
En los Laboratorios Carrington, USA, determinaron que los polisacáridos del aloe incrementan la función del sistema inmunitario.
Millones de personas consumen aloe en varias formas obteniendo un mejor funcionamiento de su organismo, tanto nutricional como biológico.
De todas las especies vegetales conocidas, pocas reúnen las maravillosas propiedades curativas que posee el aloe. Actualmente, en los centros de investigación mas prestigiosos del mundo, se está trabajando intensamente en el estudio de plantas medicinales en general. Muchos de ellos, incluso, cuentan con apoyo oficial de sus respectivos gobiernos.
El trabajo se desarrolla en equipos interdisciplinarios donde participan botánicos, médicos, farmacéuticos, químicos y etnólogos.
Muchas veces se parte de un conocimiento popular, y a partir de allí se busca evidencia científica que respalde ese conocimiento. Los resultados son sorprendentes; en muchos casos se comprobó científicamente las propiedades de una o más plantas, que un grupo étnico utilizaba (utiliza) con fines curativos.
A este estudio sobre plantas medicinales, con base estadística se lo denomina "Fitoterapia Científica".
En el caso del aloe, existen numerosos estudios que sustentan sus propiedades curativas. Uno de ellos a cargo del "Instituto de Ciencia y Medicina" Linus Pauling en California, USA, que revela el efecto benéfico del consumo de aloe sobre el aparato digestivo. Se determinó científicamente que consumiendo diariamente gel y jugo de hojas de aloe, sintieron gran mejoría personas que sufrían colitis, acidez estomacal y colon irritable.
Resultó de gran importancia la acción del gel de aloe como cicatrizante y antiácido en tratamiento de gastritis y úlcera. Otros estudios fueron realizados por la Universidad de Chicago acerca del uso del aloe en el tratamiento de quemaduras, se demostró que la eficiencia en estos tratamientos se debe a tres factores que actúan conjuntamente:
Estudios realizados en Japón confirman las propiedades antioxidantes del aloe.
Por Carlos E. Tato Krabs.
Artículo originalmente publicado en la Revista "Los Olímpicos" #26.